En el campo de las matemáticas, se conoce como potenciación a la operación que implica una serie de multiplicaciones de un número dado una cantidad de veces determinada; el primer componente se denomina base y se representa con la letra a, mientras que el segundo se llama exponente y se escribe como una n. En este caso, un exponente es una expresión algebraica o un simple número que denota la potencia a que se debe elevar otra expresión u otro número (la base).
El exponente se debe colocar en la parte superior derecha del elemento que se desea elevar. La forma de leer una operación de este tipo es “a elevado a n“, aunque también puede decirse “a elevado a la n“. Por otro lado, es importante señalar que en el caso de los exponentes 2 y 3, las correctas lecturas son “a elevado al cuadrado” y “a elevado al cubo“, respectivamente.
La potenciación suele generar confusiones a las personas ajenas a las matemáticas, pero se trata de una operación muy sencilla, ya que se basa en la multiplicación, la cual, a su vez, parte de la suma. Si tomamos el ejemplo 2 elevado al cubo (o sea, a la tercera potencia), los pasos a seguir son los siguientes: multiplicar a 2 por sí mismo y, luego, el resultado por dos; esto nos da 8.
Dado que nuestro exponente (3) es un número natural, o sea que pertenece al conjunto de números que utilizamos para contar cosas en el mundo real, indica la cantidad de veces que la base (2) aparecerá en una multiplicación donde será el único factor. De este modo, 2 elevado al cubo se convierte en 2 x 2 x 2, que da como resultado 8. De esta nueva representación se puede deducir que 2 elevado a la 1 es 2, y lo mismo ocurre en todos los casos.
Cabe mencionar que cualquier número distinto a 0 que es elevado a 0 da como resultado 1. En cambio, 0 elevado a 0 es un caso particular que no está definido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario